Los años setenta se recordara en efecto por su zapato topolino, surgido en centenares de versiones, desde el modelo sin puntera de los años cuarenta hasta los ejemplares con tacón de cuña y salpicados de estrellitas tan característicos de está época.

 

La imagen estratificada fue uno de los aspectos más feos de los setenta junto con los vestidos de mucho vuelo t pese a la relación hostil de la prensa, se adoptó con la sospecha de que en el fondo los diseñadores odiaban a las mujeres. La falda campesina, basada en un canguro de marino sobre botas anchas, era muy difícil de llevar bien, incluso para las altísimas modelos.

 

A finales de los setenta la moda estadounidense cruzo el Atlántico con creadores como Ralph Lauren. Los italianos Gianfranco Ferré y Missoni fuerón muy atractivos, Muir y otros diseñadores británicos demostrarón poseer disciplina para idear ropa. Otras figuras destacadas de la época fueron  Yuki, en el  moderno Gres con sus creaciones de noche en punto drapeado.

 

El Punk fue uno de los temas máximos en los setenta, representó las ideas más fundamentales de la época por su notoriedad, su similitud con las técnicas intimidatorias triviales, y sus posiciones políticas.