En esta época, la vestimenta era ultra femenina más suelta y más grásil que decenios anteriores. Todo el atractivo se concentró en la cabeza de las mujeres con peinados más sueltos y sombreros muy decorados.

Aunque las siluetas sinuosas se hallaban en pleno apogeo al iniciarse el decenio de 1900, la línea Imperio presentada por Poiret en 1908 señaló el principio del fin para las torturadas formas corseteras que, en 1906, seguían dominando el vestuario femenino.

Douset figuró entre los diseñadores de vanguardia de su época con una clientela que incluía a la gran Réjane, y a Liane de Pougy. Favorecido igualmente por Sarah Bernhardt, Douset fue muy conocido porque tenía un sexto sentido para acertar con las modas de la época.

Pese a ello, sus modelos nunca atrajeron a las mujeres más jóvenes.

En 1908 tanto Poiret como Lucille se atribuyeron la invención del escote redondo, y Lucille incluso declaró que el cuello plano tipo Peter Pan era de creación propia cuando en realidad los dos estilos habían aparecido en catálogos del comercio antes de que cualquiera de los diseñadores los incluyera en sus respectivas colecciones. El cuello en pico y el escote, cuando las mujeres abandonaron los pequeños rectángulos pudorosos de la pechera también ganaban popularidad.

  En la Exposición Universal de Paris (1900), madame Pakin presentó artículos novedosos, como vestidos para tomar el té y abrigos de pieles, uno de ellos había necesitado trecientas pieles, cien horas para cortar los patrones y mil horas en manos de costureras expertas. Para entonces las pieles ya aparecen en todas las colecciones. Las colecciones de Pakin solían incluir manguitos de pieles hasta en verano. Por aquel entonces las cabezas y las colas abundaban como nunca lo habían hecho.