El camino a
L A B E L L E Z A
SILUETA
Y
L E N C E R Í A
1960

Estos años señalan el cambio experimentado por las formas de los maniquíes. En un abrir y cerrar de ojos pasaron de tener un aspecto deportivo, elegante y femenino a una apariencia larguirucha y desgravada. Sus poses acentúan esta imagen de inocencia, aparente torpeza e inexperiencia.
La ropa interior era una prolongación de la faja y del sostén estructurado, pero todo eso se echó por la borda y llegó la revolución. La lencería “Belle de Jour” neutra y cubierta de encaje negro quedó descartada con los restantes adimentos y adornos que hasta antes de los sesenta se habían considerado necesarios para embellecer las prendas íntimas.
Los pantis se fabricaban desde 1960. Los tipos leotardo llevaban todavía más tiempo en el mercado. En realidad tenían como objetivo un uso deportivo. Como cuesta renunciar a las costumbres, las mujeres de más edad siguieron usando lo que estaban acostumbradas a usar, hasta que en 1976 los fabricantes decidieron abandonar la producción de ligueros de quita y pon para fajas-corsé. Una vez desaparecidos de los mercados en los setenta todo el mundo los buscaba por su valor como elemento efectista.