Las lectoras de revista cada vez se obsesionaban más con las formas de vida de quienes lucían joyas adquiridas como inversión  y abrigo de autentica piel de pelo. Surgen revistas como Hello y lifestyles of the rich and famous.  Estas revistas denotan una clara obsesión por la vida de las personas importantes. Sus modas sobre todo ropa interior, decidían las imágenes que la gente de los ochenta deseaba imitar.

 

Lo anterior sumado al creciente énfasis sobre el consumismo y a la persistencia del interés por conocer la composición de los productos hizo que estos se abrieran camino hasta la narrativa de la época, por ejemplo en las novelas de Jay McInerney y Brett, hasta las entrañas mismas del cine y la televisión.

 

Creció la avalancha de películas y series inspiradas en las bandas de mocosos, pensadas por los nacido en la segunda mitad de los cuarenta.

 

Las fotos de moda se interesaron por las formas de vida y aumentaron su complejidad; además ak contrario de lo sucedido en los años setenta con los trabajos eminentemente de estudio, las fotos volvieron a liberarse en escenarios exteriores, igual que en los cincuenta y setenta. Michael Roberts, de la revista Tatler, formaba parte de una nueva especie de directores de publicaciones sobre la moda que confiaron en los creadores de una serie de imágenes narrativas, en cementerios, en el barrio chino.

Célebres anuncios televisivos de la casa de Levis. Curiosamente ningún accesorio de moda era más elegante que tener un bebé en los brazos.