El camino a
L A B E L L E Z A
SILUETA
Y
L E N C E R Í A
1980

Las mujeres han usado ropa de hombre a lo largo xx, adaptándola a sus necesidades. La combinación de prendas interiores femeninas con ciertos elementos claves de la indumentaria masculina que simbolizan la autoridad, se consideró explosiva en los años veinte y treinta, aunque reapareció en Cabaret, película protagonizada por Liza Minneli en los setenta.
La ropa de baño era una excusa para exhibir la belleza corporal, los bikinis consistían en un sostén reforzado y en una braga de corte alto. La ropa interior solía tener la misma forma porque algunos fabricantes como Victorias Secret se dieron cuenta de que, bajo los trjes oscuros de mil rayas, a muchas mujeres les gustaría llevar lencería muy femenina. La máxima venta de ropa interior se la llevo Calvin Klein con su calzoncillos de deporte masculino adaptados a la mujer.
El cuerpo tenía tanta importancia que los pantalones cortos de ciclista, las mallas de baile, y los leotardos se llevaban como ropa de calle, con el sujetador visible a tráves de la camisa.
Jean paul Gaultier fue decisivo en la transformación de prendas interiores en ropa exterior estrafalaria.