El camino a
L A B E L L E Z A
SILUETA
Y
L E N C E R Í A
1940







La combinación de unos alimentos escasos con el aumento de actividad física hizo que la mayoría de la gente adquiriera la mejor condición física de toda su vida, hasta el punto de que hoy se ensalzan las virtudes del régimen alimenticio impuesto por la guerra.
Las prendas interiores escasearon durante la guerra ya que como en el caso de los cosméticos, fabricarlas quedaba fuera de las posibilidades de la industria. Las mujeres de todas las clases sociales procuraron fabricarse su ropa interior, con toda suerte de materiales. En los Estados Unidos nunca hubo realmente ningún peligro de que el país se quedara sin existencias de nada.
La nueva imagen estaba muy interesada por la nueva feminidad, la nueva imagen exigía prendas interiores adecuadamente extravagantes, tanto por razones estructurales como estéticas. Son famosas las palabras de Christian Dior sobre el hecho de que “sin fajas y corsés no puede haber moda”.
También los sostenes se radicalizaron en los años cuarenta, dado la preeminencia disfrutada en aquel decenio y en el siguiente por los vestidos de noche sin tirantes. Todo el mundo quería algo confeccionado con nylon.