El camino a
L A B E L L E Z A
SILUETA
Y
L E N C E R Í A
1930




La figura escueta y rectilínea, deseable en los años veinte se suavizó mucho en los años treinta para que la ropa diera la sensación de flotar cerca del cuerpo, rozándolo en algún que otro punto, pero sin llegar a definir sus formas. Con el nuevo estilo de prendas y tejidos sólo se precisaban unos complementos mínimos, aparte de que no podía llevarse ningún tipo de sujetador porque, en las versiones deportivas y de noche, la espalda quedaba al descubierto.
La ropa interior consistía en bragas francesas y sostenes muy parecidos a los actuales, salvo por la particularidad de que el tejido llevaba mucho elástico en la espalda.
La casa Warners volvió a reconocer la existencia de los pechos, con la introducción del sistema de tallas basado en el volumen de la copa.
Como contraposición a los extraños y exóticos aromas de los veinte, época que concedía más importancia a la capacidad de sorprender, en el decenio siguiente la gente se tomaba en serio las cuestiones del atractivo sexual.